No existe país ni grupo social que no tenga incorporados en su
lenguaje palabras soeces que se utilizan como una forma de agredir a
otras personas. De una cultura a otra, incluso en algunas que hablan
el mismo idioma, las palabras que se utilizan para herir...
More
No existe país ni grupo social que no tenga incorporados en su
lenguaje palabras soeces que se utilizan como una forma de agredir a
otras personas. De una cultura a otra, incluso en algunas que hablan
el mismo idioma, las palabras que se utilizan para herir pueden no
tener el mismo sentido pero el efecto es el mismo: Agresión.
Lo que es un hecho, es que la palabra que denigra tiene un sentido
subjetivo, y es ese mismo elemento el que hace que tenga tanto
poder.
El uso habitual del insulto lo hace parecer normal, y es eso
precisamente lo que lo hace peligroso. Porque enfrentadas a la
agresión, las personas van perdiendo sensibilidad frente a los efectos
a largo plazo del menosprecio o la violencia.
Muchas parejas utilizan un lenguaje de confrontación, desacreditación,
humillación o maltrato, y es tan habitual que pierden la capacidad de
asombro frente a las expresiones que utilizan, que en otro contexto,
evidentemente, les provocaría un gran rechazo personal; el insulto
sólo acrecienta
Less